2 de junio de 2007
CAPITULO 8: LA ORGANIZACION DEL TIEMPO EN LOS CENTROS ESCOLARES
EL TIEMPO ESCOLAR: POLITICA EDUCATIVA.
Las organizaciones educativas se rigen por una serie de normas que son las que organizan su funcionamiento.
Los horarios son elaborados por el Jefe de Estudios quien confecciona una propuesta de acuerdo con los criterios pedagógicos que establezca el Claustro de Profesores. Son instrumentos a través del cual se distribuye la jornada escolar y se realizan actividades lectivas y complementarias con el propósito fundamenta del llevar a la práctica lo recogido en el P.C. y al P.A.C.
En un centro educativo encontramos un horario general, donde se incluyen los horarios del profesorado, alumnado y del personal de Administración de servicio. En el horario general se fijan las condiciones en que el centro permanecerá abierto a disposición de la comunidad educativa, así como la distribución de la jornada escolar con las actividades lectivas y complementarias.
En el horario del profesorado se señalan 30 horas directas con el alumnado y 37 con actividades como: la programación de actividades educativas, asistencias a reuniones de Claustro, actividades extraescolares… Al menos una hora a la semana deben coincidir todos los profesores para coordinarse y desarrollar otras actividades como: formación y perfeccionamiento, Tutorías con los Equipos de Orientación Educativa…
El horario del alumnado señala que la jornada escolar es de 25 horas semanales para el Desarrollo del Currículo y 2 y media para el recreo. La autonomía de los centros permite que los periodos de tarde no sean inferiores a 1 hora y 30 minutos.
Vamos a intentar aclarar varias ideas que nos ayuden a comprender el tema del tiempo. La primera idea es que el tiempo ha sido considerado en las organizaciones educativas como una variable o un recurso materia, lo que viene a significar, que en un primer momento los teóricos, expertos, planificadores pensaban que el tiempo se podía controlar como si de un material fijo se tratara. Otra idea viene de la mano de otros modelos más interpretativos donde el tiempo es considerado no como un recurso sino como una variable que se vive, lo que nos proporciona más complejidad porque tenemos que incluir que con el tiempo que tiene la organización hay que distribuirlo no solo para el “aprendizaje” sino para el desarrollo de las relaciones entre los miembros.
EL TIEMPO ENTENDIDO COMO VARIABLE O RECURSO MATERIAL.
En los manuales de Organización Escolar clásico es tratado el tiempo como el espacio como variables. El tipo de estructura utilizada, la forma de organizar la jornada y el calendario, el ritmo y progresión de las materias reflejan un modelo pedagógico determinado, que no deja de ser la aplicación a la investigación de una forma determinada concepción de la enseñanza y del centro educativo.
El tiempo escolar, entendido como el tiempo directamente relacionado con las actividades, es una parte del tiempo dedicado a la actividad educativa. El tiempo escolar implica a diferentes agentes. Existe un tiempo del profesor, del alumno, tiempo de los gestores, etc. Pero también se puede referir a tareas diversas como puedan ser académicas, administrativas, económicas u otras. Aparece así, el tiempo escolar como resultado de múltiples variables.
La escolaridad se identifica más que con años con los periodos estándar en los que se programan determinados estudios lo que da origen de acuerdo a su amplitud a niveles/etapas, ciclos y cursos que mantienen una relación progresiva de subordinación. Esta organización de los espacios temporales origina productos como el calendario y el horario escolar.
v La realización del calendario se ha basado históricamente en las celebraciones religiosas tradicionales, olvidando la posible incidencia de factores biológicos y pedagógicos aún no suficientemente conocidos. La determinación del calendario corresponde a organismos municipales, regionales o estatales quienes determinan normativas más o menos generales de obligado cumplimiento. El calendario escolar mantienen rigideces que no tiene poco que ver con la diversidad horaria de nuestra moderna sociedad ya que es obvio que, el tiempo esta condicionado por el entorno sociológico y no por la naturaleza de la actividad educativa.
v Con respecto al horario escolar este puede referirse tanto al centro educativo como al profesor o al alumno; y este puede abarcar todo el tiempo de permanencia en la institución educativa, referirse sólo al periodo de actividades académicas o centrarse en las que suponen una autorización. Los horarios tanto de los alumnos como del profesorado, están sometidos a criterios distintos y a necesidades diferentes, deben entenderse de distinta manera; aunque, sí deben adaptarse mutuamente. El horario del profesorado debería recoger no solo un horario electivo, sino toda su actividad, incluyendo, el trabajo en equipo. Con respecto al tiempo del alumnado, el profesorado, en general, cree que el tiempo destinado al aprendizaje de las diferentes áreas es insuficiente para los diversos y numerosos contenidos que se proponen. En lo que respecta a la enseñanza reglada, en cuanto a los horarios de los alumnos, los procedimientos didácticos quedan partidos de forma ilógica en la mitad de los procesos y se continua con la vieja tradición de las asignaturas separadas entre sí.
La utilización del tiempo se presenta como una restricción a las tareas, como una limitación.
Si tratamos el tiempo como “recurso administrativo”, y para ello, la autonomía de los centros debe permitir que se den en nuestro sistema educativo distribuciones evacuadas a las necesidades de cada alumno y a las características y posibilidades de los centros. No hay horario ideal. Sino que este debe adecuarse a las necesidades existentes u otros factores. Por todo ello, deberíamos tener presente, las sugerencias que Doménech y Viñas sobre los siguientes principios básicos:
v Principio de globalización: el tratamiento del tiempo debe partir del concepto de globalización para que se puedan satisfacer las necesidades de los alumnos conjuntamente con el uso óptimo del tiempo del profesorado.
v Principio de priorización: es un proceso imprescindible para usar el tiempo en nuestro servicio.
v Principio de distribución de tarea: es necesaria una coherente distribución.
v Principio de racionalidad y coherencia: las concreciones temporales que se dan a los centros deben estar unidas a los criterios que se deduzcan de los objetivos educativos y el análisis de los métodos.
v Principio de previsión y control temporal: hay que prever su utilización y establecer el control sistemático que sirva de retroalimentación.
v La duración de la jornada debería ser variable en función de la edad.
v La localización de las materias y actividades deben de estar de acuerdo con el grado de fatigabilidad. Debe considerarse que la fatigabilidad varía según la persona.
LA JORNADA ESCOLAR
El principal condicionante de los procesos escolares es el tiempo, y su principal recurso las capacidades y motivaciones de los alumnos, lo que significa que en un mismo tiempo distinto alumnos obtendrán distintos resultados e intervienen otras variables.
El modo en que usamos el tiempo es un indicador de nuestra calidad de vida.
Giddens describe las escuelas como “instituciones disciplinarias” que operan dentro de “limites cerrados” y “en función de una precisa economía del tiempo”. El carácter arquitectónico de las escuelas facilita la especificación y la asignación rutinaria de las tareas de forma que los encuentros sociales se puedan controlar de forma estricta.
El tiempo domina la vida de las escuelas y se convierte en un “mecanismo de control de la Administración”.
EL IMPACTO DEL TIEMPO EN EL APRENDIZAJE.
El tiempo como regulador no es un concepto nuevo en educación. La organización debe proporcionar el contexto adecuado para que esos objetivos se puedan desarrollar.
A lo largo del tiempo las organizaciones educativas han trabajado con conceptos como el tiempo en el trabajo, el dominio del aprendizaje y la oportunidad para aprender representan esfuerzos evidentes por controlar el impacto del tiempo en el aprendizaje.
En los últimos años, los educadores han comenzado a reconsiderar, desde un punto de vista técnico, el tiempo como una forma de revitalizar las escuelas.
Las organizaciones deben trabajar con el tiempo. Dicho aprendizaje tiene lugar cuando los profesores y estudiantes están preparados.
Si entendemos las organizaciones como lugares de las personas, quiere decir que tenemos objetivos comunes, se establecen una serie de relaciones, programaciones, encuentros y plazos que son la realidad de cada día. Las percepciones y la experiencia del tiempo se encuentran entre los aspectos más importantes del funcionamiento de cualquier grupo. En la actualidad, las organizaciones son lugares complejos, impredecibles, engañosos y ambiguos. Al ser territorios donde florece la complejidad las organizaciones representan una noción de progreso que implica estructuras emergentes.
EL TIEMPO COMO UNA VARIABLE QUE SE MIDE.
Algunos aspectos del tiempo dominan la vida del profesorado, pero raras veces se reconocen y se tienen en cuenta en las escuelas.
El profesorado que tiene que enfrentarse al intenso ritmo de cambio a menudo se refiere al tiempo como “un juego de malabares”
El tiempo se experimenta de forma subjetiva, es personal. Nuestras experiencias internas del tiempo son diferentes de nuestras nociones del tiempo espacial o del tiempo entre acontecimientos.
El tiempo subjetivo y vivido surgen cuando los conceptos culturales que menciona Hall sobre marcos monocrónicos y policrónicos se integran en una discusión del tiempo experimentado subjetivamente.
La intensificación es otra dimensión del tiempo que el profesorado experimenta y conoce bien. Esta es evidente en un espectro de actividades que va desde lo trivial hasta lo complejo.
Los educadores se ven afectados por muchos tipos de tiempo, como incluyendo el de los horarios, el tiempo para planificar, las horas de dar clases….
En las organizaciones educativas a diferencia de otros lugares de trabajo, son la responsabilidad del profesorado ante los estudiantes, la forma de los horarios, las estructuras de las escuelas, y las premisas administrativas las que convierten el tiempo en un valor o lo relegan a simple concepto regulador.
EL DEBATE SOBRE LA JORNADA ESCOLAR.
La jornada escolar hace referencia al modo como se distribuye el tiempo lectivo horario a lo largo del día y de la semana.
Los principales elementos para tomar parte en el debate vienen de algunas investigaciones realizadas hasta el momento sobre el tema. Algunos datos de interés de estas investigaciones son: existe la jornada continua en Alemania, Dinamarca e Italia, aunque en todos estos países se dan posibilidades para que los estudiantes prolonguen su permanencia en los centros; el número de horas semanales dedicadas al desarrollo del currículo oscila entre las 20 de Gran Bretaña y las 30 de Alemania y Dinamarca; el país que habilita menos días de clases al año es Grecia seguido por España; Francia y España son los países con mayor número de días de vacaciones.
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1 comentario:
7. CUESTIONES.
4. Acerca de las posibles preguntas sobre el tiempo.
a. El tiempo se relaciona con el movimiento, con el cambio sobre todo en las organizaciones educativas estaría relacionado con la medida de los movimientos que se producen entre los cambios. Que opina sobre este aspecto.
El tiempo se experimenta de forma subjetiva, es personal. Nuestras experiencias internas del tiempo son diferentes de nuestras nociones del tiempo espacial o del tiempo entre acontecimientos.
b. Cuando nacemos no tenemos, innato, ningún esquema genérico que nos permita la construcción progresiva de las diversas dimensiones temporales (pasado, futuro, simultaneidad, velocidad, aceleración…) no ocurre igual en la construcción de las mentalidades de las organizaciones educativas.
El tiempo de unos condiciona al de otros, y el tiempo de todos puede ser distinto del de cualquiera de ellos. Una gran parte de la actividad social discurre hoy por medio de organizaciones formales.
c. Cree que el futuro de las escuelas esta en el tiempo humano o existencial que sea personal y de igual forma colectivo, de duraciones y ritmos difíciles de precisar y que encuentre en la memoria del pasado y en la expectación del futuro su nervio vital.
La discusión sobre cualquiera de los aspectos del tiempo escolar desemboca casi invariablemente en la afirmación de que no se trata de uno sino de varios y diversos tiempos relacionados con la educación: de clase, de interacción con el profesor, de permanencia en la escuela (con o sin el profesor), de trabajo escolar (dentro o fuera de la escuela), en torno a la escuela (incluidos el desplazamiento, las tareas para casa...), de aprendizaje (incluido el no reglado), etc. Ésta es una distinción esencial, o más bien un conjunto de ellas, que deben ser tenidas en cuenta al considerar cualquier aspecto relacionado con el tiempo.
d. El ciudadano del siglo que viene pretenderá conseguir una ciudadanía donde la conciencia del ser sea crecer en tiempos diversos, tiempo en los que ha de encontrar las explicaciones de su realidad social presente.
Llamaremos visión de futuro a nuestra aptitud para ver más allá de la realidad actual y convertirnos en algo que todavía no somos. La existencia de una visión de futuro es un elemento indispensable para que exista la posibilidad de superación personal y colectiva. Nadie puede encontrar motivación para superarse teniendo en cuenta sólo su situación actual. Por lo tanto, sin visión de futuro no hay motivación y sin motivación tampoco hay nadie que pueda mejorar su manejo del tiempo. Por lo que si no existe una visión de futuro o ni siquiera un modelo aproximado que nos impulse a imitar es indispensable crearlo.
e. Las organizaciones educativas tendrán que aprender de su tiempo vivido y como ha sido el aprendizaje de este tiempo en el profesorado. Los seres humanos aprenden así… las organizaciones, también. Estas de acuerdo con esta afirmación.
En la escuela todas y todos somos conscientes de que nos falta tiempo. Falta tiempo para prepararse las clases, los materiales, para atender al alumnado, las familias, para hacer más salidas, para reunirse con los compañeros y compañeras, para... Siempre nos falta tiempo... pero tenemos una sensación de pérdida cuando alguien intenta alguna modificación del horario establecido históricamente.
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